Monasterio de la encarnación

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DescripciónInformaciónEl Real Convento de la Encarnación fue fundado en 1611 por la reina Margarita, esposa de Felipe III, como convento de monjas de clausura. Aquí se conserva la famosa reliquia de San Pantaleón. En 1994 fue declarado patrimonio cultural BIC.
El edificio es obra de los arquitectos Juan Gómez de Mora y Fray Alberto de la Madre de Dios, que construyeron un edificio que se ha convertido en un ejemplo de lo que se ha dado en llamar el estilo barroco madrileño. El convento conserva importantes colecciones pictóricas y escultóricas de los siglos XVII y XVIII, con obras realizadas por Lucas Jordán, Juan Van der Hammen, Vicente Carducho, Gregorio Fernández y Pedro de Mena. También merece una mención especial el relicario que alberga un conjunto de 700 piezas de bronce, coral, marfil y maderas nobles procedentes de Italia, Alemania, España y Holanda.
Ventura Rodríguez reformó la iglesia en 1761. La Desamortización de 1836 afectó notablemente al convento, ya que las monjas fueron desalojadas del mismo en 1842 y siguió su progresivo derribo. En 1844, el arquitecto encargado de limpiar el espacio de escombros y desechos fue Narciso Pascual y Colomer. El proyecto de reconstrucción del convento se diseñó también en 1844, principalmente en el ala de la calle San Quintín, y se inició en 1847, cuando las monjas regresaron al edificio tras cinco años de destierro del convento.

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Real Monasterio de la EncarnaciónNombre original Español: Real Monasterio de la EncarnaciónLocalizaciónMadrid, EspañaCoordenadas40°25′11″N 3°42′41″W / 40.419807°N 3.711438°W / 40.419807; -3.711438Coordenadas: 40°25′11″N 3°42′41″W / 40.419807°N 3.711438°W / 40.419807; -3.711438
El Real Monasterio de la Encarnación es un convento de la orden de los Agustinos Recoletos situado en Madrid, España. La institución internaba principalmente a mujeres de familias nobles, y fue fundada por la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, por lo que estaba bien dotada de riquezas. Aunque pertenece a una orden religiosa de clausura, el edificio está abierto al público bajo la administración de Patrimonio Nacional.
El impulso para la fundación del monasterio por parte de la reina Margarita, y a veces las monjas se llaman las Margaritas, fue para celebrar la expulsión de los moriscos residentes por parte de su marido. La reina contó con la priora del monasterio de monjas descalzas de San Agustín de Valladolid, la madre Mariana de San José, acompañada por Francisca de San Ambrosio (hermana de la marquesa de Pozas), Catalina de la Encarnación e Isabel de la Cruz. Alojadas primero en el Convento de Santa Isabel mientras esperaban la finalización, recibieron donaciones del rey y la reina, incluyendo joyas, para financiar el monasterio. El monasterio se construyó junto al entonces existente Real Alcázar, y contaba con un pasadizo para permitir el acceso directo de la realeza. El monasterio se inauguró el 2 de julio de 1616, pocos años después de la muerte de la reina.

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A las afueras de las murallas medievales de Ávila se encuentra el Convento de la Encarnación, una importante parada en la peregrinación a la Ávila de Santa Teresa. Aquí es donde Teresa vivió, escribió y tuvo muchas de sus experiencias místicas.
Santa Teresa ingresó en este convento carmelita el 2 de noviembre de 1535. En aquella época era uno de los más poblados y ricos de la ciudad, y muchas de las reglas monásticas se habían relajado. Teresa vivió en La Encarnación durante 30 años. Allí recibió los consejos de Francisco de Borja, Juan de la Cruz (Juan de la Cruz) y Pedro de Alcántara, comenzó a reformar la orden carmelita y tuvo algunas de sus experiencias místicas. Teresa dejó el convento en 1562 para fundar su primer monasterio y volvió en 1571 como priora. Dejó el convento por última vez tres años después. Qué ver en el Monasterio de La Encarnación
En la actualidad, el Monasterio de la Encarnación sigue siendo un convento activo, pero también alberga un Museo público de Santa Teresa. En él se puede visitar su celda monástica, recorrer otras estancias relacionadas con la santa y ver diversos objetos utilizados o tocados por ella. Una exposición ofrece una introducción a la vida de Teresa, con mapas que muestran los conventos que fundó y una selección de sus dichos. El patio del convento está pavimentado con una representación visual del Castillo Interior, escrito por Santa Teresa en 1577. Esta obra compara el alma contemplativa con un castillo con siete patios interiores sucesivos, o cámaras, análogos a los siete cielos.

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