Cuentos cortos sobre la amistad
dos amigos
Esta es una historia de verdaderos amigos para niños. En lo profundo del bosque, había tres amigos, un ciervo, una tortuga y un pájaro carpintero. Siempre se les veía juntos. Pasaban la mayor parte del tiempo charlando o jugando junto al lago.
Un día, un cazador llegó al bosque y puso la trampa detrás del arbusto cerca del lago. El ciervo volvía por casualidad del lago. Pisó la trampa y quedó atrapado en ella. Gritó de dolor. El ciervo llamó a sus amigos y gritó: «Me han atrapado. Por favor, venid a ayudarme». Lee también Los dos amigos.
Fuente de la imagen@ www.youtube.com. Al oír sus gritos de auxilio, el pájaro carpintero y la tortuga corrieron a ayudar a su querido amigo. Se horrorizaron al ver la trampa. Pronto, pensaron en un plan. La tortuga fue a llamar al ratón que vivía en un agujero cercano. El ratón y la tortuga empezaron a cortar la trampa.
Mientras tanto, el pájaro carpintero voló hacia el campamento del cazador. El cazador estaba saliendo de su tienda. Había oído los gritos del ciervo y estaba ansioso por atraparlo. El pájaro carpintero actuó rápidamente y se posó sobre su cabeza. Le dio dos picotazos en la cabeza. El pájaro carpintero le picoteó tanto que el cazador gritó de dolor y volvió a su campamento para descansar. El propósito del pájaro carpintero estaba resuelto. Voló de nuevo hacia el ciervo.
historia corta sobre la naturaleza
Esta es una historia muy corta sobre la amistad para niños. En un pueblo, había un niño llamado Bob que vivía con su madre en una pequeña casa. Todos los días, después de clase, Bob iba al bosque a recoger leña con su madre.
Un día, de camino al bosque, Bob encontró un cachorro sin hogar junto al camino. Parecía muy triste y miserable. Al ver lo hambriento que estaba el cachorro, Bob decidió llevarlo a casa para cuidarlo. Quizás también te interese leer Los dos amigos.
Al llegar a casa, Bob le dijo a su madre: «Madre, he encontrado este cachorro. ¿Podemos quedarnos con él?». La madre miró a Bob preocupada y dijo: «Nuestra casa es pequeña y también somos pobres. ¿Cómo podemos criarlo?». «¡Está bien madre! Le dejaré comer una parte de mi comida y podrá dormir conmigo», respondió Bob.
Al ver lo mucho que Bob quería al cachorro, su madre no pudo negarse. Asintió con la cabeza. Bob estaba feliz, abrazó y mimó al cachorro. Bob llamó al cachorro Milo. Desde el día en que tuvo a Milo, Bob se lo llevó a todas partes. Se convirtieron en los mejores amigos. Siempre que comía algo, Bob compartía la mitad con Milo.
Cuentos cortos sobre la amistad online
Ella estaba pensando en él, como siempre, cuando de repente, él le envió un mensaje de texto. No era nada importante, sólo un mensaje preguntándole cómo estaba y qué estaba haciendo. Se quedó pensando un rato en qué responder. En una situación similar, unos meses atrás, se habría sentido exaltada al saber de él. Habría sido su fuente de reafirmación de que él la quería tanto como ella y que pensaba en ella. Ahora, sin embargo, no podía entender cómo se sentía.
Escribió y reescribió múltiples mensajes durante cinco minutos antes de conformarse con un simple «Estoy bien. Qué pasa contigo», respuesta. En el fondo estaba un poco eufórica, pero su instinto le decía que el mensaje de él no significaba nada. Su corazón quería creer que él estaba pensando en ella, pero su instinto le decía que su relación-amistad se estaba arrastrando y sus interacciones se estaban volviendo obligatorias.
Su primer encuentro fue muy indescriptible. Ella sólo recordaba haberle saludado en la sesión de orientación de su facultad de ingeniería. En los siguientes 4 años, ella pudo recordar probablemente un par de ocasiones en las que se hablaron de algo más que de lo académico. Habían trabajado juntos en proyectos, pero eso es todo. No había chispas instantáneas, pero recordaba una creciente sensación de afecto por él cada vez que pasaba tiempo con él. Percibió una facilidad de interacción con él.
caperucita roja
Era mi bestie….en el que siempre podía confiar. Atesoraba mis secretos, amaba mi infantilismo y me aceptaba tal como era. Yo estaba entre los que conocían su lado emocional. Nuestros padres conocían nuestros vínculos y si uno no me encontraba en mi casa sabía con quién estaría y viceversa.
Nunca comprometimos nuestra amistad con ninguna otra cosa. Yo había cultivado sentimientos muy fuertes por él que nunca entendí cuando se convirtieron en amor pero cerré todas las puertas de mi corazón temiendo perderlo para siempre. A menudo intercambiábamos «te quiero», lo que nunca pretendía traspasar los límites de nuestra amistad. Nunca me hizo sentir incómoda o insegura.
Cada una de sus palabras era verdadera. Quería verlo feliz…. su encanto estaba ahí …. en su sonrisa…. en su risa. Supe que lo amaba….. Cuando empezamos la universidad nos ocupamos….nos esperaba una nueva vida… nuevos amigos, nuevas prioridades pero nada afectó a nuestra amistad. Siempre sacábamos algo de tiempo para el otro de nuestra agenda para charlar. Entonces un día me habló de su amiga ‘Neha’. Me contó lo dulce que era y lo bien que se sentía en su compañía. Pronto nuestra conversación no fue más que Neha. ¡Yah! Al principio me dolió, pero pronto me di cuenta de que era muy feliz con ella. La gente dice que en el amor uno solo desea ver al otro feliz estar con cualquiera pero en realidad una parte quiere fuertemente que el sea ‘yo….mismo’. Nunca dije una palabra sobre mis sentimientos ya que con el tiempo el miedo que me atraía por dentro aumentaba.
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Bienvenid@ a mi blog, soy Octavio Pérez Alonso y te ofrezco noticias de actualidad.
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